Algunas tecnologías de almacenamiento de energía, en particular las baterías de iones de litio, son susceptibles de desbordamiento térmico y sobrecalentamiento, lo que puede provocar riesgos de seguridad como incendios o explosiones. La refrigeración líquida puede gestionar y disipar eficazmente el calor, mitigando el riesgo de tales incidentes y mejorando la seguridad de los sistemas de almacenamiento de energía.